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Dolor e insomnio

Dolor e insomnio van de la mano. En este artículo se explica como el insomnio puede influir en la percepción del dolor. También se comentan algunas de las razones por las que dormimos cada vez peor.

Dolor e insomnio van de la mano.

Ya todos sabemos que dormir mal una noche va a hacer que nuestro día sea peor, todo parece más difícil, estamos de peor humor y evidentemente estamos cansados. También se descontrola nuestro apetito y eso va a hacer que comamos peor. Para colmo nuestro metabolismo no funciona bien y no vamos a metabolizar igual de bien los azúcares. Pero como yo me dedico al dolor, he querido ver la influencia del insomnio en el dolor y lo cierto es que está demostrado perfectamente como dormir mal trastoca los mecanismos de regulación del dolor. Por eso digo que dolor e insomnio van de la mano.

Esto significa que al dormir mal nuestro cerebro no va a clasificar bien los estímulos de dolor o temperatura por ejemplo. Una temperatura que debería ser simplemente caliente podría ser clasificada como dolorosa. Krause et al. lo han demostrado con tan solo una noche de mal sueño. Los participantes de su estudio tenían menor actividad en una región del tálamo llamada ínsula tras pasar una noche sin dormir. Esta área del cerebro se encarga de recibir y regular sensaciones de todo el cuerpo y enviarlas a la corteza cerebral, que es donde seríamos conscientes de dichas sensaciones. 

En este estudio sobre dolor e insomnio también se analiza la sensación dolorosa en una población que realiza trabajos por la noche. Los investigadores hallaron que el mal sueño predispone a sufrir más dolor al día siguiente. 

En los países desarrollados cada vez se deteriora más la calidad y la duración del sueño. Ya sea por los turnos de trabajo, la profusión de aparatos electrónicos que nos entretienen más allá de la hora a la que deberíamos dormir o los compromisos culturales, nuestro descanso nocturno se queda a la cola en las prioridades a la hora de llevar una vida plena y sana. Este olvido de la importancia del sueño en una vida sana podría estar detrás del aumento de la frecuencia de patología dolorosa en nuestra sociedad y del aumento en el uso de analgésicos. 

De hecho, con gran frecuencia los pacientes con dolor crónico sufren insomnio. También les ocurre, aunque en menor medida a los pacientes con dolor agudo. La fibromialgia, una enfermedad que se caracteriza por dolor generalizado, tiene como uno de sus signos principales el insomnio difícil de controlar. 

¿Por qué dormimos tan mal?

¿Y por qué dormimos cada vez peor en nuestra sociedad? Probablemente se deba a nuestra capacidad tecnológica. Hace 150 años era muy difícil iluminar de forma efectiva una habitación para poder leer, no digamos ya, ver un espectáculo o ver la tele, ya que la televisión se popularizó en los años 50. Ha sido el avance en iluminación el que ha permitido que expandamos nuestro tiempo de entretenimiento y de trabajo más allá de lo que nos tenía reservado la naturaleza. Dolor e insomnio también van de la mano aquí y por eso vemos más dolor en nuestra socidad moderna industrializada.

Entonces, como revertimos esta situación? Cómo conseguimos recuperar un sueño reparador y de calidad?. Hay varias estrategias para conseguir poner nuestro reloj interno en orden. Lo que necesitamos es precisamente fortalecer nuestro ritmo circadiano. Es clave la regularidad a la hora de acostarse y levantarse. Aquí nos hace mucho daño también la irregularidad de la semana con días de trabajo y días de descanso. Debemos intentar dormir igual tanto entre semana como en el fin de semana y evitar lo que se llama ‘jet lag’ social, que consiste en dormir menos entre semana e intentar compensar durmiendo más el fin de semana. 

Vamos a usar la luz para recuperar un buen sueño. Durante el día, temprano hay que exponerse a luz solar brillante y durante la tarde y sobretodo por la noche es importante evitar la luz azul. Podemos usar también la melatonina, que es una hormona que produce el cuerpo por las noches y ayuda a regular el ritmo de sueño-vigilia. Para facilitar la conciliación del sueño podemos utilizar los ejercicios de mindfulness, que en varios estudios han demostrado que mejoran la calidad del sueño. 

En cuanto a la habitación y la cama, es preferible un ambiente totalmente oscuro, totalmente en silencio y más bien fresco. Durante el sueño la temperatura corporal baja y debemos facilitarle al cuerpo este cambio evitando abrigarnos en exceso. 

En futuros artículos intentaré ahondar en varias de estos consejos para explicarlos mejor. ¡Felices sueños!

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